18 de diciembre de 2013

Bitácora de un 24/05/2012: Desde el lago navegable más alto del mundo.




Puno fue sede de la cultura Tiahuanaco (800 a 1200 d.C.), máxima expresión del pueblo Aymara, que se desarrolló entre lo que hoy es Perú y Bolivia. 


Los Incas se impusieron en el territorio en el siglo XV y los españoles dejaron un importante legado colonial en toda la zona, atraídos por la actividad minera que se desarrolló en el lugar. 

Hoy su ciudad, es capital del folclore peruano y sede de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria que descansa a orillas del Titicaca,  lago navegable más alto del mundo.

Los alrededores son espectaculares, destacando las Chullpas de Sillustani;  a Lampa, con su iglesia virreinal construida entre 1675 y 1685; a Llachón, comunidad que aún conserva centenarias costumbres y manifestaciones culturales y Pucará, famosa por su cerámica pre inca y por los "toritos de Pucará" que hoy los artesanos elaboran con arcilla.


El lago alberga también  islas, cuyos habitantes han preservado ancestrales costumbres y tradiciones. Un ejemplo de esto son los Uros, que viven en islas flotantes fabricadas con totora, y que navegan por la zona en sus tradicionales embarcaciones del mismo material.

Mi paso por Puno es casi fugaz, pero con un clima excelente que acompañó en la navegación por el Titicaca. Nunca hubiera pensado que fuera tan grande. 
Su gente, como ya les he dicho, encantadora.

Tengo  el corazón y los ojos llenos de cosas para compartir con cada uno.


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