14 de octubre de 2014

BCN una ciudad mundo.


Barcelona se encuentra en  la costa noreste de la Península Ibérica,  a orillas del mar Mediterráneo.  Se erige como la segunda ciudad más grande y activa de España en su tamaño y densidad  poblacional. Es Capital de Cataluña y una de las diecisiete comunidades autónomas de España.

Como en otras zonas de este país, se hablan dos lenguas oficiales: el catalán  y castellano o español. El primer diálogo con un local intentará siempre ser en catalán, lo que demuestra muchas veces la fuerte personalidad y localismo de su gente, lo que creo muy  valioso, ya que realza la identidad propia del lugar ante tantas lenguas y modismos que inundan sus calles de personas de otros sitios del mundo. Su propio Ayuntamiento propone incluso a turistas y españoles de otras zonas, aprender de forma gratuita el catalán. Repienso con esto, lo valioso que sería esta práctica en todo el mundo, conservar y aplicar el uso de lenguas  nativas y propias  en cada rincón, atesorar los modismos, las consonantes o vocales con ritmos diferentes como parte de nuestro patrimonio, sin neutralizar, sin globalizar.


Cosmopolita, viva en cada calle,  llena de colores, tradicionalista pero diferente, Barcelona te deja descubrir  todas sus caras. Refleja  historia con raíces  en  el establecimiento de la colonia romana del siglo I a.C,  la posterior ocupación musulmana,  y su esplendor medieval como ciudad comercial y su expansión urbanística durante el siglo XIX.

Huellas arquitectónicas nos hablan del carácter de Barcelona, excéntrica pero libre.  Atesora nueve emplazamientos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, muchos de ellos con un mismo sello: Antoni Gaudí, autor de genialidades como: la Casa Batlló, la Milá-Pedrera, y el Parc Guell. Este último es mi punto del mapa favorito en esta ciudad, sin duda uno de los paseos  más lindos y de costo cero.  Parc Guell  está inspirado en las formas orgánicas de la naturaleza, este inmenso jardín ubicado en la parte más alta  de Barcelona que da una vista panorámica inmejorable.  Sus senderos cubiertos con columnas que simulan árboles, estalactitas y cuevas naturales cubiertas por pedazos de cerámica o a modo de mosaicos de colores (llamado trencadís), son parte de los innumerables detalles que se pueden apreciar en su onírico recorrido. Aquí también se encuentra la Casa-Museo Gaudí, que fue residencia del arquitecto hasta 1925 y hoy funciona como museo en el cual se exhiben algunas obras suyas y de sus colaboradores.

La ciudad toda es un lugar perfecto para disfutar de la rica gastronomía.  Algunos restaurantes tradicionales permiten degustar una buena escalivada, un dulce tradicional, un pa amb tomàquet (rebanada de pan regada con aceite de oliva, sal y tomate natural).

Otro sitio imperdible para los amantes de  las rarezas y el arte culinario  es el  Mercado de La Boquería,  mercado público tradicional ubicado sobre La Rambla, con todos sus colores y aromas  de productos frescos presentados como si de vidrieras se tratara.



Lo ideal  es conocer este lugar con alguien local que te guíe y  ayude a descubrir lo NO tradicional. A Barcelona  hay que vivirla… 

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